Velocidad de salida es la velocidad a la que un proyectil abandona la boca del cañón.
Un proyectil alcanza una velocidad proporcional a la distancia.
Pierde fuerza con la resistencia que ejerce el aire sobre él.
En las armas convencionales, la velocidad de salida está determinada por: la calidad y cantidad del propelente; la masa del proyectil; y la longitud del cañón.
La presión que resulta del proceso de combustión es un factor limitante sobre la velocidad del proyectil.
Se debe encontrar un equilibrio entre calidad/cantidad de propelente, peso del proyectil y longitud del cañón si se pretende lograr un rendimiento óptimo y seguro.
Los cañones más largos dan a la fuerza propelente más tiempo para propulsar la bala.
Con los cañones de riel se produce una aceleración constante a lo largo del aparato, aumentando significativamente la velocidad de salida.
Las velocidades de salida van desde subsónicas, como las de muchas pistolas, hasta más de 1.800 m/s, como las de la munición APFSDS disparada por armas de tanque.
Las grandes piezas de artillería naval usualmente tienen largos de 38 a 50, es decir, la longitud del tubo es 38 o 50 veces el calibre del arma.