El silenciador es un tubo que puede estar diseñado con distintas formas y tiene como misión suavizar el ruido producido por los gases de escape.
La función del silenciador es reducir el volumen de todas las frecuencias que generan los gases, tanto los sonidos de baja frecuencia, como los de media y alta.
El resonador es un tubo cilíndrico de acero hueco que se suele colocar junto al silenciador, por tanto, son elementos distintos y no hay que confundirlos.
El resonador del coche es otro elemento que se encarga de minimizar el sonido de los gases que previamente se han filtrado a través del silenciador.
Además, tiene otra función: cambiar el tono del volumen de los gases que viajan hasta la salida del tubo de escape.
La diferencia principal entre el resonador del tubo de escape y el silenciador es que, mientras que el segundo reduce todas las frecuencias, el primero sólo se centra en anular un rango concreto de frecuencias.
Ese rango suele ser el de las frecuencias medias, ya que son las que más se van a generar cuando circulas con un coche.
Si un coche lleva instalado un resonador, normalmente también tiene un silenciador.
Esta es la configuración que suelen llevar todos los vehículos, aunque también se pueden encontrar algunos coches que solo montan el silenciador, sobre todo en los modelos más antiguos.
Según el artículo 7 del Reglamento General de Circulación, “circular a escape libre y sin el preceptivo dispositivo silenciador de las explosiones” o con él en mal estado es una infracción que puede suponer una multa de, al menos, 200 euros.