El ruido ensorcecedor de los disparos puede tener un impacto significativo en nuestra audición a largo plazo. Los disparos repetidos, tanto propios como de otros tiradores, pueden alcanzar niveles que superan los 140 decibeles, lo cual puede dañar irreversiblemente nuestros oídos. Nuestros oídos son extremadamente sensibles y, una vez dañados, no pueden repararse completamente. La exposición prolongada a niveles altos de ruido sin protección puede provocar pérdida de audición permanente e incluso tinnitus, un zumbido constante en los oídos. Los cascos de protección auditiva actúan como una barrera efectiva contra estos niveles de ruido, reduciendo su impacto en nuestros oídos y previniendo posibles lesiones auditivas. Además de proteger nuestros oídos, los cascos de protección auditiva también brindan comodidad durante la práctica del tiro al plato. La protección de nuestros oídos es esencial cuando practicamos tiro al plato. Utilizar unos buenos cascos de protección auditiva no solo nos ayuda a preservar nuestra audición a largo plazo, sino que también nos brinda comodidad y nos permite concentrarnos en el deporte que tanto amamos.