Usa ropa suelta y cómoda.
Evita la ropa ajustada que se pega a la piel: limita el flujo de aire y te hace sentir más calor.
Opta por camisetas holgadas, tops livianos y pantalones cortos sueltos.
La ropa suelta permite que el aire circule mejor, ayudando a reducir la temperatura corporal y a mantenerte más cómodo mientras entrenas.
Es una regla sencilla pero poderosa: más aire = menos sudor.
Elige tejidos transpirables y de secado rápido.
El algodón es popular, pero no es ropa deportiva para la humedad: absorbe el sudor y se empapa, volviéndose pesado e incómodo.
En su lugar, opta por tejidos técnicos como poliéster, nailon o microfibra, que alejan la humedad del cuerpo y se secan con rapidez.
Estos materiales te ayudan a mantenerte fresco, ligero y libre de esa molesta sensación de estar empapado.
Prioriza la ropa de evaporación rápida.
Una camiseta que retiene el sudor te hará sentir como si llevaras una esponja pegada al cuerpo.
La ropa con tecnología de secado rápido es esencial para entrenar con humedad.
Ayuda a que el sudor se evapore más rápido, mantiene la piel seca por más tiempo y reduce la acumulación de olores.
Opta por colores claros.
Los colores oscuros absorben más el calor del sol, haciéndote sentir más calor.
En cambio, los tonos claros como el blanco, el gris claro o el beige reflejan la luz solar y mantienen el cuerpo más fresco.
Además, los colores claros ayudan a disimular las marcas de sudor y te hacen sentir más cómodo y confidente.
Elige prendas sueltas, ligeras, transpirables, de secado rápido y de colores claros.
Así, podrás entrenar más cómodo y rendir mejor, incluso bajo condiciones extremas.