La lana como tejido de abrigo está presente desde el neolítico, y miles de años después sigue siendo utilizada con el mismo fin.
Además de un excelente aislante, absorbe la humedad, es resistente, elástica y muy cómoda de llevar.
El paño es ideal para protegernos del frío, pues es ligera, aislante y suave, por eso la encontramos en todo tipo de prendas de exterior, sobre todo abrigos y chaquetas.
Puede ser sintético y estar hecho con tejidos naturales como la lana, sintéticos como el poliéster, la viscosa o el elastán o ser una combinación de ambos.
El muflón es un tipo de paño más grueso y aún más eficaz contra el frío.
La franela es una tela suave hecha de algodón, lana, poliéster o mezcla de ellas que se caracteriza por tener una cara con un tacto velloso, fruto de habar cardado el tejido.
Su suavidad.
Es aislante, ligera y suave y la encontramos sobre todo en prendas como camisas, forros, pijamas… y también en sábanas.
En la segunda capa deberemos optar por prendas más sueltas de tejidos que protejan del frío del exterior, que recoja el calor que desprende el cuerpo y que transpiren, como la lana, el polar, la franela, etc.
La tercera capa es la que estará en contacto con el exterior, es decir, abrigos, parkas, plumas…
Las telas en este caso también son muy variables, desde el paño hasta telas impermeables para proteger del viento y la humedad.