¿Cómo limpiar accesorios de joyería en casa?

Para limpiar accesorios de joyería en casa, se pueden utilizar distintos métodos. Se pueden limpiar las joyas de plata utilizando bicarbonato de sodio y papel aluminio, con el que se debe forrar un recipiente, colocar después las piezas de bisutería en el interior, espolvorear bicarbonato de sodio sobre estas y verter agua caliente encima, hasta que las joyas queden completamente sumergidas. Así, se produce una reación química que elimina la oxidación de la plata. Dejar que esta haga efecto durante unos minutos y, después, enjuagar las joyas con agua tibia y secarlas con un paño suave. Otra opción consiste en emplear pasta de bicarbonato de sodio y agua, una forma más suave para limpiar las joyas de plata, perfecta para piezas de bisutería más delicadas. La pasta se puede crear desde cero mezclando bicarbonato de sodio y agua hasta crear una pasta espesa, que se debe aplicar sobre la plata con un paño suave o con un cepillo de dientes, frotando ligeramente sobre las zonas más oxidadas. Después, se deben enjuagar con agua tibia y secarlas con un paño suave. También se pueden encontrar pastas para pulir la plata y limpiarla con la mezcla directamente hecha, diseñadas para eliminar la oxidación de manera eficaz y vendidas en distintos formatos. Además, se pueden encontrar incluso kits de cuidado y limpieza para joyas de plata elaborados por las propias marcas de bisutería. Otra opción es limpiar plata con vinagre: es tan sencillo como emplear vinagre blanco y un recipiente, dejando a remojo las piezas de bisuterías durante un máximo de tres minutos, enjuagándolas después.

Introduce tus joyas en un bol con una mezcla de agua tibia y jabón de lavavajillas, deja que reposen durante unos minutos y después utiliza un cepillo de dientes de cerdas blandas para limpiarlas. Acláralas con agua limpia y sécalas con un trapo de algodón suave. La plata se oxida fácilmente al contacto con el oxigeno o sulfuros. Las joyas de plata rodiada pueden limpiarse con un trapo de algodón o de franela. Humedecer el trapo en agua tibia con jabón de lavar la vajilla y frotar con suavidad. Agua con jabón de lavavajillas, utilizando un cepillo de dientes blando para llegar a los rincones más complicados. Secar inmediatamente con un trapo de algodón.