En muchos casos es necesario incluso rectificar o cambiar también la culata si se ha deformado.
Si observas alguno de estos síntomas, una de las pruebas que puedes realizar para comprobar que se trata de un problema en la junta de la culata es utilizar el analizador de gases para detectar si existen restos de hidrocarburos en el circuito de refrigeración.
Otra técnica es, con el motor frío, destapar el tapón del vaso de expansión o botella de anticongelante.
Si después de 12 horas hay presión acumulada, esto es señal de que hay problemas en la junta de culata.
Puedes asegurar el diagnóstico con un detector de fugas para las juntas de la culata.
Éste consiste en un tubo al cual se le introduce un líquido azul.
La parte inferior se coloca en el vaso de expansión y con el motor a temperatura de funcionamiento.
Al contacto con restos de hidrocarburos, el líquido azul se transforma en amarillo.