El principio de su utilización lo encontramos en una serie de puntos que se localizan en las líneas del retículo y que están separados a una distancia medida en miliradianes. De allí proviene su nombre Mil, abreviatura de miliradians, y Dot, que en inglés significa puntos. Básicamente, el número de puntos de referencia suele ser de cinco por encima del centro, cinco por debajo del mismo e igual cantidad para izquierda y derecha, lo que proporciona un rango de medición de diez miliradianes en total de arriba a abajo y diez miliradianes de izquierda a derecha, también en total. Para hacer el cálculo de la distancia entre tirador y blanco es necesario estimar lo más aproximado el tamaño de este último. Supongamos que estamos disparando sobre un blanco que sabemos o calculamos que tiene un metro de altura. Observando por nuestra mira vemos cuántos dots del retículo ocupa. La altura de ese blanco la multiplicamos por mil, y lo dividimos por la cantidad de puntos que ocupa de la retícula. De esa forma obtendremos la distancia a la que se encuentra nuestro objetivo. Parece sencillo, pero requiere generalmente de una calculadora y de una estimación del tamaño de blanco y de los dots que ocupa lo más exacta posible si queremos tener éxito.