Para limpiar tu piel en profundidad, debes optar por una doble limpieza (limpiador a base de aceite y limpiador de base acuosa), pero también realizar una suave exfoliación una vez por semana para abrir los poros de la piel y limpiarlos en profundidad, para evitar su obstrucción, deshacerse de la piel muerta y el exceso de sebo.
La regla para lucir una piel bonita y un cutis fresco y luminoso: limpiar a fondo la piel por la noche, después de un día al aire libre, maquillada o no; y por la mañana, para eliminar las células muertas y los residuos de sebo acumulados en la piel después de haber dormido.
El secreto para una limpieza facial profunda: La doble limpieza, es decir, comenzar con un aceite y finalizar con un gel espumoso de base acuosa. Y, por supuesto, un tónico-exfoliante para sellar la limpieza elevará tu rutina a un nivel superior.
A este ritual diario se suma la exfoliación, a realizar una o dos veces por semana, según tu tipo de piel.
Lo ideal es realizar una exfoliación suave con un tónico exfoliante diario, a base de ácidos de frutas o alfa hidroxiácidos (AHA) e, incluso, ácido salicílico para las pieles más grasas.
La otra opción es realizar una exfoliación puntual con una mascarilla enzimática que elimine las células muertas de la piel, o bien un exfoliante mecánico para trabajarlo con las manos en movimientos circulares.