Una camiseta táctica no aprieta ni molesta, está diseñada para que puedas moverte con total libertad, sin sentir que te tira de los hombros o que se sube por la cintura.
Las costuras están colocadas donde no rozan, algo que se agradece muchísimo cuando llevas chaleco antibalas, arnés o mochila durante horas.
Otra de las ventajas de las camisetas tácticas es lo bien que aguantan el uso intensivo.
No se desgastan tan fácil, no se deforman con los lavados y resisten rozaduras, ramas, arrastres o incluso pequeñas quemaduras mejor que las camisetas normales.
Las costuras están reforzadas, los tejidos son resistentes al desgarro y hay modelos que incluso llevan tratamientos antiabrasión o antiolor.
Si trabajas en entornos exigentes, sabes que esto es muy importante.
Una camiseta táctica te puede durar años en perfecto estado.
Es una inversión que compensa.
Yo te diría que casi siempre.
Pero por concretar, esto te vendrá genial si quieres rendir al máximo en climas calurosos o húmedos.
Ir cómodo durante jornadas largas con mochila o chaleco.
Tener una camiseta que no se estropee a la primera de cambio.
Usar parches identificativos o llevar cosas pequeñas a mano.
Mantenerte seco y sin olores aunque sudes como un animal.