Una mira telescópica es –en sí– un telescopio refractor, que posee una referencia y un mecanismo de regulación para alinear esa referencia con el punto a impactar.
En 1776, Charles Wilson Peale montó un telescopio en un rifle como ayuda para apuntar, pero no logró darle distancia entre el ojo del tirador y el ocular.
Ese hecho hizo que el retroceso del arma causara lesiones en los tiradores, por lo que su experimento no tuvo mayor éxito.
Según documentación de la época, en el año 1835 Morgan James y el ingeniero John Chapman diseñaron las primeras miras telescópicas, produciéndolas en Utica, Nueva York.
En 1855, William Malcom comienza la fabricación de su propia mira, con modelos que poseían entre tres y 20 aumentos y que fueron profusamente utilizadas durante la Guerra Civil.
Mientras tanto, en Europa, más precisamente en Austria, August Fiedler –comisionado por el Príncipe Reuss– construyó una primera mira telescópica práctica basada en un telescopio refractor en 1880.
Generalidades Las miras telescópicas se clasifican en términos de aumentos ópticos y el diámetro de la lente del objetivo.
En términos generales, los diámetros de lente de objetivo más grandes, debido a su capacidad para reunir un flujo luminoso más alto, proporcionan una pupila de salida más grande y –por lo tanto– una imagen más brillante.
Un error muy difundido es creer que el diámetro del tubo influye en la luminosidad.
También hay miras telescópicas con aumentos variables, en las que la ampliación se puede variar operando manualmente un mecanismo de zoom.
La sintaxis para miras variables es la siguiente: aumento mínimo - aumento máximo x diámetro lente objetivo, por ejemplo, “3-9 x 40” significa una mira telescópica con factor de aumento variable entre 3x y 9x y una lente objetivo de 40 mm.