Una mira réflex basa su funcionamiento en la polarización, normalmente a través de un colimador, y reflexión de un láser de baja intensidad a través de una pantalla que puede ser de materiales diversos como polímeros plásticos, fibra óptica o cristal tratado transparentes, hacia la visión del usuario, creando de esta forma un holograma en la misma pantalla que puede ser usado de forma eficaz como método de puntería del arma.
Este láser está generado por una fuente de alimentación interna, generalmente una batería recargable.
La mira red dot ofrece un sistema de apuntado preciso y siempre estable, al no necesitar que el punto rojo se encuentre en el centro de la pantalla para hacer blanco.
Simplemente debe estar situado sobre el objetivo, independientemente de su centrado.
Además, resulta de uso más rápido y ergonómico para el combatiente al no tener que encuadrar dos posiciones de puntería con el objetivo, y proporciona además una visión mucho más panorámica de los alrededores.