La rentabilidad de una vivienda de alquiler es el rendimiento económico mensual que un propietario obtiene al arrendar su inmueble a un inquilino.
Para calcular la rentabilidad de un alquiler hay que distinguir entre dos tipos de rentabilidades: bruta y neta.
La primera nos da una estimación de los beneficios que obtendremos alquilando un piso, mientras que la segunda nos indica las ganancias reales que vamos a conseguir.
Para calcular la rentabilidad bruta de un alquiler hay que aplicar esta fórmula: Ingresos de la renta de alquiler anual / coste de la vivienda x 100.
Si el precio de alquiler mensual es de 800 euros x 12 meses = 9.600 euros.
Esta cantidad la dividimos entre el precio de la vivienda (120.000 euros en este caso) dando como resultado 0,08 que, x 100, nos da una rentabilidad bruta del 8%.
A partir de ahí, para llegar a la rentabilidad real, hay que calcular la rentabilidad neta de la inversión.
La rentabilidad neta de un alquiler Mide la relación entre la inversión en la vivienda y el beneficio que se obtiene a través de la renta de alquiler, pero teniendo en cuenta los impuestos fijos a pagar por tener en propiedad un inmueble, como los gastos de comunidad, el IBI, el seguro del hogar, las reparaciones de vivienda, etc.
Para calcular la rentabilidad neta de un alquiler hay que aplicar esta fórmula: Ingresos de la renta de alquiler anual - gastos fijos / inversión inmobiliaria (inicial + precio de la vivienda) x 100.