La práctica deliberada es un método para practicar cualquier habilidad, especialmente aquellas que requieran repetición para dominar una técnica.
Consiste en:
Dividir una habilidad en sus componentes más elementales, o sub-habilidades.
Practicamos y mejoramos cada componente por separado, de forma consciente.
Identificamos nuestros puntos débiles y ponemos foco en mejorar éstos.
La idea es que, en lugar de ponernos a practicar sin más de forma genérica, lo que haremos es: vamos a centrarnos en practicar una sub-habilidad muy concreta, vamos a poner en piloto automático todo lo demás, y vamos a practicar de forma consciente y competente esta sub-habilidad concreta.
Mientras más al grano vayamos, mejor.
La práctica deliberada es un método para practicar cualquier habilidad, especialmente aquellas que requieran repetición para dominar una técnica.
Consiste en:
Dividir una habilidad en sus componentes más elementales, o sub-habilidades.
Practicamos y mejoramos cada componente por separado, de forma consciente.
Identificamos nuestros puntos débiles y ponemos foco en mejorar éstos.
La idea es que, en lugar de ponernos a practicar sin más de forma genérica, lo que haremos es: vamos a centrarnos en practicar una sub-habilidad muy concreta, vamos a poner en piloto automático todo lo demás, y vamos a practicar de forma consciente y competente esta sub-habilidad concreta.
Mientras más al grano vayamos, mejor.
Esto lo hacemos para evitar la repetición sin cabeza, es decir, repetir una tarea una y otra vez, sin reflexionar sobre nuestro desempeño, para darnos cuenta de que no estamos mejorando y estamos perdiendo el tiempo o, en el mejor de los casos, avanzando mucho más lento.
La idea es crear un ciclo virtuoso de feedback, al ser más concreto lo que estamos practicando, vamos a ver fallos más concretos y vamos a poder identificar acciones de mejora más concretas, de forma más rápida.