Un cronómetro es un reloj de precisión que se utiliza para medir tiempos mediante la puesta en marcha y parada del mecanismo de control que generalmente son botones que ponen en marcha el inicio del tiempo o paran la medición de este en el momento que se acciona. Por regla general un cronómetro empieza a contar desde cero y al ser un pequeño aparato se suele llevar colgado del cuello mediante una cuerda o cadena y puede manejarse con una sola mano, de manera que en el momento que pulsemos el botón de puesta en marcha, las cifras aparecerán tan rápidas que el ojo humano solo es capaz de ver como cambian nítidamente las de los segundos, aunque realmente se muestran las décimas de segundos y otros decimales dependiendo del modelo.
Mientras pasan los segundos y las décimas de segundos el tiempo transcurrido va mostrándose en la pantalla del cronómetro y justo cuando accionamos el botón de parada, también se para la medición y se muestra de manera inmediata las cifras del tiempo transcurrido desde la puesta en marcha hasta la parada en horas, minutos, segundos y décimas de segundos.
Conclusión En lo referente al tema principal de este post, como norma generalizada el tiempo que podemos medir con un cronómetro se mide en horas, minutos y segundos, así que una hora equivale a 3.600 segundos. Las cifras que se muestran por debajo de los segundos son décimas de segundos llamados "decisegundos" que equivalen a la décima parte de un segundo. Los cronógrafos más precisos del mundo ofrecen cifras más allá de las décimas de segundos, llamadas centisegundos o milisegundos. aunque hay otras cifras que van mas allá que obviamos en este post por razones de espacio ya que podríamos llegar a mediciones casi infinitas.