El mecanismo básico del cronómetro El cronógrafo, tal y como lo conocemos en la actualidad, es un reloj de bolsillo diseñado para medir el tiempo que pasa entre dos puntos: la puesta en marcha y la detención. Ya sea mecánico o analógico, funciona gracias a un muelle que, de forma similar a los luchadores antes de subir al ring, también necesita que le den cuerda. Una vez que se le ha dado cuerda, el muelle principal pone en marcha el mecanismo de cronometraje. La mayoría de los cronógrafos de la actualidad cuentan con siete rodamientos y un volante que oscila con una frecuencia de 5 Hz, o lo que es lo mismo, cinco oscilaciones por segundo. El volante de un instrumento de cronometraje mucho más sofisticado, como podría ser un Heuer vintage o el TAG Heuer Mikrograph, su frecuencia de oscilación es de 100 veces por segundo, lo que lo convierte en un instrumento realmente preciso.
Por lo general, para poner en marcha el cronógrafo basta con pulsar la corona, mientras que para detenerlo debemos utilizar el mismo pulsador. Cuando hayamos presionado el pulsador, una serie de al menos 3 ruedas comienza a girar, cada una con un número de revoluciones variable. La interacción de las ruedas hace posible el registro del tiempo transcurrido desde la puesta en marcha del cronómetro.
Puesta en marcha Si abriese el fondo de caja de su cronómetro en reposo, podría ver un volante inmóvil. Una vez que se presiona la corona para iniciar el ciclo de cronometraje, el vástago empuja hacia abajo, haciendo girar la rueda de estrella y poniendo en acción la palanca de látigo, permitiendo que la rueda central gire.
Detención del cronómetro Vuelva a pulsar la corona para detener el ciclo de cronometraje. Las agujas permanecen inmóviles gracias a un elegante mecanismo que se pone en marcha —o mejor dicho, se detiene— por la acción del vástago, el pulsador, la rueda de estrella y la palanca de látigo. Esta reacción en cadena acaba por detener el volante y las ruedas centrales y… ¡listo! Ha detenido el tiempo.
Reinicio del cronómetro Si desea volver a poner su cronómetro a cero, vuelva a presionar la corona o el pulsador lateral. El vástago del botón empuja hacia abajo un segundo pulsador dotado de un muelle, haciendo pivotar el martillo. Al hacerlo, el martillo golpea dos piezas de metal con una tierna forma de corazón y las hace girar como si fuera una pista de baile. Estas piezas con forma de corazón se detienen cuando el martillo alcanza sus muescas, volviendo a poner ambas agujas a cero.