El debate sobre los beneficios de entrenar al aire libre frente a hacerlo en espacios cerrados no tiene una conclusión clara. Una revisión de 2023, que analizó 10 estudios con 343 participantes, encontró que los resultados generales eran similares entre ambos tipos de ejercicio. Sin embargo, algunas investigaciones señalaron que el entrenamiento al aire libre ofrecía ciertas ventajas, sobre todo en el ámbito cognitivo y emocional. Los participantes llevaban un gorro que monitoreaba su actividad cerebral y los resultados fueron claros: al caminar en la naturaleza, las ondas cerebrales asociadas con la relajación aumentaron, mientras que la conectividad entre regiones cerebrales relacionadas con la atención, la percepción sensorial y el razonamiento también se intensificó. En otro experimento, dirigido por la Universidad de Victoria en Canadá, los investigadores evaluaron la capacidad de atención de 30 adultos antes y después de realizar una caminata tanto en interiores como en exteriores. Los resultados sugieren que el entorno natural impulsa un esfuerzo físico mayor. Uno de los factores determinantes del ejercicio al aire libre es el clima. Según una revisión del American College of Sports Medicine, la temperatura óptima para el rendimiento aeróbico es de 11°C. Los estudios sugieren que el ejercicio en la naturaleza podría ofrecer una leve ventaja en el bienestar mental, el enfoque cognitivo y, en algunos casos, el rendimiento físico. Para quienes buscan hacer del ejercicio un hábito sostenible, la clave está en disfrutarlo.