Según los resultados obtenidos, el aumento en la rotación de los jugadores permite mejorar tanto el rendimiento individual como el colectivo, haciendo el juego más dinámico y seguro para los deportistas.
La nueva norma supuso un cambio significativo en la rotación de los jugadores ya que las sustituciones se incrementaron un 21,7%.
En cuanto a la distancia total recorrida tras la norma de los cinco cambios, los investigadores encontraron que los jugadores que juegan todo el partido promedian 10.105,24 metros, mientras que los que son sustituidos en la segunda mitad llegan a los 10.847,60 metros.
Asimismo, si se clasifica la distancia total recorrida según la intensidad de las carreras –alta intensidad (14-21km/h), muy alta intensidad (21-24km/h) y sprint (>24km/h)–, las distancias recorridas a alta intensidad evidenciaron que el ritmo de la competición fue mayor en el periodo donde se aplicó la norma de los cinco cambios, del mismo modo que la distancia recorrida a muy alta intensidad aumentó en ambas mitades del partido, siendo más significativo en la segunda parte.
Finalmente, con la nueva norma los jugadores realizaron un 24% más sprints por partido.
Todos estos resultados permiten concluir que la implementación de la norma de cinco sustituciones ha demostrado ser una medida efectiva para mejorar el rendimiento físico de los jugadores y mantener el ritmo del juego en el fútbol.
Este aumento en la rotación de los jugadores permite mejorar tanto el rendimiento individual como el colectivo, haciendo el juego más dinámico y seguro para los deportistas.
El investigador de la UPM, Abraham García-Aliaga, sugiere la realización de futuros estudios que profundicen en la relación entre las sustituciones y el rendimiento físico de los jugadores, pero con un enfoque específico en las posiciones en el campo.
“Cada posición presenta demandas físicas y tácticas distintas, lo que podría influir significativamente en cómo se gestionan las sustituciones y el impacto que estas tienen en el rendimiento.
Analizar los datos por posiciones permitiría identificar patrones específicos y optimizar tanto la preparación física como las estrategias de sustitución.”
El investigador añade, además, “las sustituciones pueden ser defensivas u ofensivas, dependiendo de la situación del partido, lo que refuerza la necesidad de considerar el contexto táctico y las características particulares de cada posición para mejorar la gestión del ritmo de juego y reducir la fatiga acumulada en los jugadores.