Para alcanzar esa constancia o disciplina mencionada, hay que establecer unos nuevos hábitos en nuestras rutinas diarias. Identifica que es lo que quieres cambiar. Escribe en una nota todos los hábitos que quieras cambiar. Es mejor hacer una lista con 3 o 4 cosas que puedas ir cambiando poco a poco. Crea un plan. Ahora que sabemos qué queremos cambiar, tenemos que pensar en cómo realizarlo. Establece un recordatorio. Es verdad que a veces vamos más estresados y se nos olvida nuestro objetivo. Mide tus avances. Cada cierto tiempo comprueba tu marca, ya sea levantar unos kilos más en un ejercicio, aguantar más tiempo en la carrera o a mayor velocidad, etc. Recuerda que has de poner objetivos a corto plazo para no caer en la desmotivación. Celebra tus avances. Si has mejorado, celébralo. También es importante mezclar el ocio con el deporte, conocer la música que más te ayuda, cuidar la alimentación y descansar. La disciplina es una forma de vida, en la que se intenta llegar a tiempo y vivir de manera sistemática.